Después de una gran ausencia me he dado un tiempo para terminar de transcribir el texto mas largo que he escrito hasta ahora, CELESTE este cuento tiene mucho tiempo guardado en mi cuaderno y hoy me decidí a terminar de transcribirlo, espero este texto les guste mucho ya que me he esforzado muchísimo en hacerlo, denme su opinión ya que es de alta importancia para poder seguir haciendo esto que tanto me agrada :). disfrútenlo.
Celeste
He sabido de una horrible historia, una solamente conjurada
por la desquiciada mente de aquel ser llamado por muchos como “El silencio
errante o El silencio eterno” esta criatura ha desarrollado un gusto tremendo
por destruir a la humanidad, para el son una raza decadente que se mataran unos
a otros en menos de lo que sus hipnotizados cerebros podrían imaginar y es
cierto tienen la aborrecible tendencia de siempre querer tener más que los
otros y para este fin ocupan una infinidad de estrategias, si ese mismo empeño lo
usaran para ayudarse entre sí, para cuidarse entre ellos y todo lo que los
rodea llegarían a ser una raza muy perfecta, aun así hay muchos humanos que me
generan mucho interés a veces cuando estoy aburrido de la oscura vida en este
lugar me gusta ayudarlos a hacerles ver el increíble potencial que manejan aunque esta
vez fue demasiado tarde… el silencio los
había abrazado a ambos.
En un gran edificio residencial vive una de las mujeres más
hermosas que he visto, una chica muy exitosa recién egresada de la escuela se
artes, su departamento altamente decorado con piezas del más fino arte moderno
creado por ella misma junto con otros regalos y dedicatorias de su gran
cantidad de pretendientes, solo que ella no estaba interesada en ninguno de
ellos ella buscaba a un hombre que demostrara ser distinto a los demás chicos
superficiales, ella buscaba a un tipo extravagante de mente artística pero
nunca había encontrado a algún pretendiente con esas características.
Aquel día se levantó temprano cuando aún estaba oscuro tenía
que ir a trabajar desde temprano y
odiaba llegar tarde o que le agarrara la carrera, mejor prefería tener todo
bajo control, dejo un poco de agua para café y se metió a la bañera, mientras
se bañaba pensaba en algunas ideas para su próxima obra era un trabajo extra
pero muy importante para ella, sus amigos le habían pedido que realizara el
arte para su nuevo disco, se llamaría “Bajo la luz de la luna nebulosa” ese titulo generaba muchas ideas y se sentía
muy emocionada por empezar a trabajar en ese proyecto, se le fue el tiempo
imaginando pero finalmente lo dejo y fue a vestirse, se veía hermosa con ese atuendo tenía un cabello largo y
negro aunque no era muy alta resultaba muy atractiva, tomo su café junto con un
plato con un poco de fruta y salió con rumbo a su trabajo, causaba gran
sensación a cada paso que daba a pesar de ser temprano los hombres que se
cruzaban en su camino la veían encantados todo iba muy bien hasta que ya muy
cerca de donde trabajaba vio a un hombre de mediana edad vestido con ropa muy
extravagante, parecía como uno de esos góticos que alguna vez conoció en la
universidad solo que este hombre se veía impresionante era increíblemente
elegante, tenía el cabello muy largo de color blanco pero no parecían ser canas
era blanco totalmente, se veía muy extraño ahí parado pero aun así era hermoso
parecía algo así como un elfo de “El señor de los anillos” ese hombre le
transmitía un gélido sentimiento de soledad increíble e inexplicable, igual
parecía ser un buen hombre, ella siguió caminando sin pretender tomarle
atención y cuando paso a su lado le dijo con voz fuerte.
-Muchacha hermosa, quítate esa venda de los ojos así podrás
ver su verdadero rostro y de paso checa lo que se esconde detrás de esas
paredes
Se detuvo para voltear y preguntarle qué significa todo eso pero increíblemente el hombre ya no estaba se
dio media vuelta pero ya no había rastro de aquel hombre, siguió caminando
aparentando no haberle dado importancia pero toda la mañana se quedó sobresaltada
por esas extrañas palabras, ¿Habrá sido un loco? pensó, y siguió trabajando; ya
en la tarde como a la hora había olvidado por completo el suceso, regreso a su
casa para empezar a trabajar en su proyecto, cuando llego a su casa se dio
cuenta de que se estaba llevando a cabo una mudanza veía a los hombres que
subían varios muebles, mientras subía logro ver a la preciosa hija de su vecina
de abajo jugando felizmente a las muñecas, esa niña le recordaba mucho a ella
misma de pequeña llena de ternura e inocencia la miro un buen rato y siguió
subiendo, al llegar a su piso se dio cuenta de que la mudanza era en el
departamento de enfrente al suyo y vio
también al nuevo inquilino, un hombre un hombre bien parecido, de su misma edad
aparentemente, cabello largo negro hasta los hombros y una sonrisa perfecta,
sintió un sobresalto inesperado ese
hombre era exactamente lo que ella buscaba por lo menos físicamente, solo
faltaba que tuviera una mente artística y lo mejor era que había llegado al
departamento de enfrente parecía que la suerte le había sonreído, camino
decidida hacia su departamento con el afán de observar mas de cerca a aquel
hombre encantador, se miraron firmemente por un buen rato cada quien frente a
su puerta, ella le sonrió, él le devolvió el gesto y la saludo con entusiasmo.
-Hola, buenas noches, parece ser que somos vecinos, ¿Cómo
te llamas?
Ella estaba muy nerviosa, aquel hombre era imponente.
-Hola, me llamo Astrid y si qué bueno que llegaste la
familia que vivía ahí era odiosa-rió-
-Espero resultar un poco más agradable
-Claro que si –dijo muy contenta-¿De dónde vienes?
-Vengo de cualquier lugar sin importancia, lo importante
es que estoy aquí, me han dicho que eres artista
Qué respuesta tan rara pensó,-Si soy artista, me gusta el
arte en todos los aspectos, pintar, dibujar, incluso a veces canto-dijo
animada-acabo de salir de la universidad y trabajo aquí cerca como a 20 minutos
en la empresa que fabrica refrescos, mis compañeros y yo nos dedicamos a la
publicidad y a la mercadotecnia, aunque por mi parte pinto y dibujo aquí para
desestresarme, ¿Tú a que te dedicas? O
tampoco tiene importancia-río-.
-Todo lo contrario, mi trabajo es altamente importante,
como tú, yo también soy un artista solo que mi pasión no es la pintura, yo hago
música, precisamente a eso vengo aquí se ve que es un lugar tranquilo y la
gente parece ser amable.
Ella estaba sonriendo esplendorosamente, parecía haber
encontrado al hombre ideal y justo al lado de su casa, aquel hombre tenía algo
extraño que le atraía mucho.
-Perfecto-se apuró a decir- este lugar es ideal para tu
objetivo, por eso vine yo a vivir aquí para desenvolverme mejor en la pintura,
pienso dejar ese trabajo en la fábrica para poder dedicarme de lleno.
-Yo por lo pronto aquí estaré por cualquier cosa que necesites,
si me disculpas voy a ver cómo va la mudanza no quiero que falte nada.
-Claro, hablemos en otro momento, por cierto ¿Cómo te
llamas?
-Me llamo Víctor, OK tan pronto me habitué te iré a
buscar.
Ella entro en su departamento muy feliz por lo ocurrido,
se disponía a cenar un poco de cereal y después iría a dormir para tal vez
soñar con Víctor el nuevo inquilino.
Cuando la mudanza se fue Víctor entro en su nuevo hogar a
desempacar las cosas que había traído y en menos de una hora ya se había
instalado adecuadamente, su ropa en su mayoría negra en el closet que ya tenía
la casa, el cuarto continuo con todo su equipo de sonido tres guitarras, dos
bajos uno electro acústico y uno eléctrico, y una batería sencilla, mas aparte
una consola y una computadora todo listo para comenzar la composición, prefirió
dejarlo para otro día porque ya era muy noche y no quería molestar a los nuevos
vecinos. Se sentía muy entusiasmado en su nueva casa y más por la joven que
vivía enfrente, era una mujer hermosa es más la más hermosa que jamás hubiera
visto, pero le recordaba a algo muy sombrío y turbio, no podía recordar a que,
así como no podía recordar muchas cosas, dejo los intentos de recordar algo y
se disponía a dormir para así tal vez soñar con aquella bella muchacha pero
cuando iba en camino a ponerse la pijama escucho que alguien tocaba la puerta
con recatada insistencia, no hizo caso y dio unos pasos hasta que llego a su
cuarto, volvieron a tocar ahora con más vehemencia, esta vez fue a ver lo que
pasaba, tal vez era Arlen que venía a desearle buenas noches –río en su mente-
, abrió la puerta y lo que vio distaba mucho de lo que él esperaba ver, en la
puerta había un hombre de mediana edad con aspecto de gótico, pero este hombre
era muy imponente solo bastaba con verlo a los ojos para saber que no era un
tipo normal, transmitía un sentimiento abismal de soledad, el hombre lo miraba
fijamente sin decir nada hasta que finalmente hablo con una voz suave pero
decidida:
-Buenas noches joven soy el vecino de arriba-hizo una
pausa-me da gusto saber que un hombre como tú se ha mudado a este edificio.
Todo lo macabro desapareció solo era un vecino más y
parecía ser agradable aunque inoportuno.
-Buenas noches señor, gracias por la bienvenida, todos
parecen ser muy buenas personas por aquí.
-Claro como la muchacha que vive justo enfrente, que
suertudo es joven, seguro que se llevaran muy bien ustedes dos, ella necesitaba
a alguien de su edad para conversar.
-Bueno, si parece ser muy agradable.
-Bastante diría yo-su voz tomo un tono sumamente altivo-sería
una lástima que alguien la silenciara a tan corta edad-hizo una mueca de
satisfacción-
-¿De qué habla?, ¿A caso estas de broma?
-De ninguna manera-dijo, perdiendo todo gesto de
amabilidad- es más creo que tú eres el maldito indicado para esa proeza, la
desollaras, la violaras, la quemaras, la mutilaras, la reducirás a nada más que
puto líquido, pero no tengas miedo solo tienes que recordar, cuando lo hayas
recordado lo tendrás que hacer de nuevo,
¡alguien como tú nunca se recuperara! Al
menos no del todo, siempre queda una pisca demencial en tu corazón que es
suficiente para doblarte los sentidos y los objetivos, solo una pisca falta
para que la mates, solo una pisca falta para que recuerdes y seas lo que
fuiste, para que seas lo que eres y para que seas lo que siempre serás.
Al día siguiente Astrid despertó sobresaltada había
soñado con Víctor pero no de la manera esperada sino en un sueño muy violento y
cambiante, pero prefirió no darle importancia alguna al sueño y se dispuso a
arreglarse para ir al trabajo, ese día llegaría más tarde, lo más pesado lo
había realizado el día anterior, solo quedaba vaciar la información en la
computadora, revisarla con detenimiento y envirársela al jefe para su
evaluación, se bañó y se arregló como de costumbre solo que un poco más
abrigada ya que ese día hacia más frio que el habitual en toda esa zona, lo
había comprobado en el estado del tiempo del celular, no le dio importancia y
salió de la casa y se quedó observando
la puerta de enfrente como esperando a que saliera Víctor aquel hombre tan
perfecto, de pronto un ruido constante pero arrítmico y macabro la saco de su
ensimismamiento, parecía provenir del departamento de Víctor, era un sonido muy
escalofriante parecía no seguir las leyes normales de la música, era como una
especia de música minimalista pero rica en atmosfera, una atmosfera depresora y
desesperante, Astrid pensó en la horripilante música que provenía de su
apartamento y no logro disimular su repugnancia ante tan malévola melodía,
decidió ver que es lo que causaba tan deprimente cacofonía, se acercó a la
puerta y toco levemente sin obtener respuesta alguna, volvió a tocar y de
inmediato se detuvo el sonido, unos segundos después Víctor abrió la puerta, la
vio y la invito a pasar.
-Hola, vaya que eres rápido, solo tardaste una tarde en
instalarte, oye que era ese ruido que se escuchaba, parecía salir de aquí
-Es que estuve toda la noche despierto, no podía dormir,
me la pase pensando en ti y en tu hermosa sonrisa, pero que bueno que logro
verte tan temprano, me servirás de inspiración para todo el día.
Astrid no podía creer lo que había escuchado había sido
una declaración directa y elegante, incluso ignoro por completo el macabro
ruido y se perdió en su mirada, parecía más encantador que el día anterior,
aturdida y confusa por lo que acababa de oír se tardó en decir:
-¡¡¡Wow!!! A qué viene todo eso Romeo-río, su corazón
palpitaba rápidamente y no podía ocultar el asombro ni la creciente alegría.
Víctor no contesto nada, se aproximó a ella y la beso
suavemente, el beso se prolongó varios minutos y ninguno de los dos tenia
noción del tiempo o el espacio, finalmente se alejó y le dijo:
-Creo que ya vas tarde, pero no te preocupes hoy que
sales temprano te invito a comer aquí en mi casa para celebrar nuestro
encuentro.
Astrid vio el reloj, en efecto se le había ido el tiempo
en un bizarro pero hipnotizante beso, tendría que salir corriendo sin
despedirse y no notaria que de alguno de los cuartos del departamento de Víctor
chorreaba por debajo de la puerta una poderosa fuente de sangre, ni tampoco el
poderoso olor a carne en descomposición, ni tampoco resolvería su duda inicial
y así ocurrió, se fue sin despedirse ni decir nada, Víctor la vio correr
extasiado y se limpió las manos cubiertas de sangre que por cierto Astrid
tampoco noto.
Al llegar a su trabajo Astrid no podía concentrarse ni
pensar adecuadamente, o tal ves estaba enamorada, solo así podría explicar la
ausencia mental que sentía y prefería pensar eso a cualquier otra cosa, por fin
había encontrado al hombre perfecto y bajo las condiciones idóneas, vivía
enfrente de su casa, era amable y la había invitado a comer, no podía esperar
el momento, tal vez le pediría que fuera su novia y ella claro que le diría que
sí. Así estuvo emocionada e ilusionada todo el día hasta que dio la hora de
salida, se apuró a recoger sus cosas y a despedirse de sus compañeros de
trabajo, la emoción la corroía aunque no sabía bien porque, solo llevaba un día
de conocerlo y ya lo amaba tal como si fuera una adolescente enamorada.
Al llegar al edificio sintió algo muy raro, el lugar se
encontraba muy solo y silencioso, además hacia más frio que de costumbre, ni
siquiera estaba la juguetona hija de su vecina lo cual le parecía rarísimo ya
que siempre estaba jugueteando por ahí sola o con otros niños pero no había
rastro alguno de ella, su sentido común comenzaba a sobresaltarse pero pronto
fue superado por la ilusión, cuando se disponía a entrar al edificio vio de
reojo acercarse con gran velocidad al padre de su pequeña vecina pero este
parecía enloquecido y cansado, antes de que lo pudiera cuestionar por su
horrible aspecto el hombre bramo violentamente:
-¡Astrid que bueno que te veo!, ¡Dime por favor que mi
hija está contigo o que por lo menos la haz visto por aquí
-No, no la eh visto desde ayer en la tarde que iba
llegando, ¿Qué es lo que está pasando?
-¡No aparece!, ¡Mi hija no está! Desapareció anoche, la
fui a tapar y a desearle buenas noches en cuanto llegue, después volví a verla
dormir y ya no estaba, ¡incluso estaba su cama tendida otra vez!
El hombre gritaba despavoridamente presa de la más amplia
desesperación, se quedó un momento pensando y al no recibir respuesta se echó a
correr de nuevo.
En ese momento no cabía duda de que algo muy extraño
había pasado y tenía la impresión de que todos la estarían buscando, tal vez
incluso Víctor, su frustración la hizo subir corriendo las escaleras como una
loca para averiguarlo y aun no sabía por que actuaba así, en otra
circunstancias de habría unido de inmediato a la búsqueda pero en ese momento
no le interesaba nada más que volverlo a ver, volverlo a escuchar y volver a
estar con él; llego a su apartamento y dejo todo, se cambió a un atuendo más
decoroso y corrió a la puerta de Víctor.
Extrañamente la puerta estaba abierta y entro sin más, no
se veía ni se escuchaba nada, pero la mesa estaba puesta para dos personas de
una manera muy elegante, se acercó más, noto que en la mesa había una nota que
decía: “Si cuando llegues no estoy, siéntate y espera, te prometo que no
tardare” su corazón comenzó a latir rápido y experimento una sensación de amor
que jamás había sentido, obediente y ansiosa se sentó a esperar, ya llevaba un
cuarto de hora esperando cuando escucho las escaleras ¡Era el!, por fin había llegado,
sería perfecto, en unos segundos más se presentó Víctor por la puerta vestido
formalmente para la ocasión y le dijo con voz seductora:
-Que gusto me da encontrarte aquí Astrid, pensé que no
vendrías por el alboroto de la niña perdida.
-No Víctor, eso a mí no me importa pase toda la mañana
esperando para verte de nuevo, no sé qué me has hecho pero me eh enamorado de
ti, quiero estar contigo para siempre.
Después de decirlo, se sintió brutalmente ridícula por
sus palabras, a ella si le importaba esa niña, más de lo que ella misma pensaba
y era difícil pensar en el enamoramiento y más en querer estar junto a él
siempre si lo único que conocía de él era su nombre.
-Por supuesto Astrid estaremos juntos por siempre, a mí
me ha pasado lo mismo desde anoche que te vi, esa sonrisa, esa belleza
incomparable, nunca había visto a una mujer como tú, quiero que seas mía para
siempre y que nuestra felicidad rompa los límites de lo conocido, seremos más
que amantes, ¡Solo falta que tu aceptes!.
-No queda más que decir, acepto rotundamente, no me
importa nada más.
En verdad todo aquello era muy raro, casi irreal, pero la
potencia de esas palabras la habían hipnotizado tanto que no pudo pensar en
nada más que en él.
Apenas termino de hablar y ya tenía a Víctor encima besándola
apasionadamente ante aquel silencio espantoso como principal espectador, en un
abrir y cerrar de ojos se apagaron todas las luces e incluso el sol de la tarde
se apagó, de repente Astrid sintió la ausencia de su amante y fue cuando abrió
los ojos y se percató de que todo se encontraba sumido en las tinieblas, lo
llamo a gritos.
-¡Víctor donde estas! ¡Que ha pasado!
Pero nada se escuchaba, comenzó a oler horrible como a
carne podrida y a muerte, Astrid entro en pánico, quiso correr, huir de aquel lugar
pero no era capaz de ver ni las palmas de sus manos, se quedó paralizada y
justo cuando iba a llegar al pináculo de su desesperación con un golpe sordo y
terrible se prendieron solo las luces
del departamento, el lugar era horrible, no había rastro del fino departamento
en el que se encontraba, aunque cabe mencionar que era de las mismas
dimensiones y contaba con mobiliario similar al que tenía Víctor solo que con
varios años de abandono encima, la mesa estaba dispuesta como la de Víctor solo
que en el plato de ella había un pedazo de carne muy podrida a medio comer y en
el otro había lo que parecía ser un corazón aun palpitante y sangrante, al ver
esto Astrid entro en pánico y corrió a la puerta de salida, obviamente estaba
cerrada con una cerradura extraña en forma de lobo, trato de calmarse y de
pensar de manera razonable, fue a los otros cuartos, en el baño no había nada
fuera de lo común, corrió al cuarto que se suponía era el cuarto de Víctor
llego a la puerta, trato de abrirla pero la cerradura no se movió, se escuchaba
un rumor como de agua que corría dentro, no le tomo importancia y fue al otro
cuarto que estaba destinado a ser el estudio de Víctor, lo que vio escrito en
la puerta y en parte de la pared la dejo helada, decía: “Quítate la venda de
los ojos y podrás ver mi verdadero rostro chamuscado”.
Víctor que maldito juego es este, su sentido común tenía
razón, no debía confiar en él, ahora el loco la tenía acorralada y de seguro la
iba a violar, estaba conjeturando frenéticamente cuando se escuchó que se abría
la puerta del cuarto anterior, el sonido era más bien como el de alguien
chapoteando y antes de que pudiera regresar a ver qué era lo que había ahí una
terrible voz la llamo por su nombre.
-Ven aquí muchacha, ven aquí Astrid, tengo que mostrarte
algo.
Astrid sintió que se iba a desmayar del horror, no podía
soportar la presencia de alguien más en aquel lugar, con todo se armó de valor
y camino alerta hacia el infame cuarto de Víctor, mientras más se acercaba el
chapoteo era más claro y el correr de un líquido espeso de difícil movimiento
se hacía más evidente, llego al cuarto que estaba a oscuras y sin entrar
pregunto:
-¿Quién está ahí?
No pudo terminar de hablar cuando una incesante luz
proveniente de cuatro altas lámparas colocadas una en cada pared iluminaran el
cuarto entero, no parecía haber nada fuera de lo común, excepto que este cuarto
era normal comparado con el horror de las otras habitaciones, no parecía estar
abandonado, la cama estaba bien tendida y sin polvo, las paredes limpias
conservaban aun el color amarillo, las lámparas le daban mucha frescura al
lugar, en una de las paredes incluso había varios cuadros de apariencia muy
extraña, parecían moverse al apartar la vista de ellos, los cuadros mostraban
en sucesión a un hombre, el primero mostraba al hombre con apariencia feliz
tocando la guitarra junto a una mujer que al parecer cantaba, el segundo
mostraba al mismo hombre al parecer discutiendo con la mujer, el tercero
mostraba al hombre solo con la ropa y las manos manchadas de sangre y llorando
en el suelo y el último cuadro era rarísimo, mostraba al hombre con una mujer
diferente platicando en el pasillo del edificio donde vivía, prestándole más
atención parecía ser ella en el momento que conoció a Víctor apenas el día anterior,
quiso salir corriendo pero era demasiado tarde antes de que pudiera hacer nada
el cuarto comenzó a sangrar por las paredes y estas mismas se resquebrajaron
como en un temblor, se abrían grietas de aspecto infeliz y de dentro de ellas
parecían brotar trozos gigantes de carne negruzca como si de una infección se
tratara, rápidamente el cuarto entero quedo cubierto de carne verdosa y
sanguinolenta, en donde solían estar los cuadros quedo un profundo agujero
oscuro del que chorreaban fuertes borbotones de sangre y líquidos entre azules
y negros, Astrid vomito a mas no poder, el aspecto de aquel lugar eran de una
índole tan aberrante e irreal que no parecía tener la menor lógica que
existiera un lugar como ese en la realidad, busco desesperadamente la puerta
pero estaba amarrada con lo que parecían ser tripas de diversos animales y
órganos en descomposición, no le quedaba más que quedarse en ese o tratar de
abrir la puerta, se dirigió a la puerta mientras pensaba en el modo de abrirla,
cuando a su espalda un chapoteo tremendo comenzó a escucharse proveniente de
dentro del agujero en la pared, Astrid observo aterrada como un ser sin ninguna
compatibilidad con la humanidad se arrastraba hacia el cuarto, Astrid gritaba
horrorizada y daba jalones a la carne que aprisionaba la puerta, pero esta
volvía a crecer y se multiplicaba, aquel ser ya estaba totalmente dentro del
cuarto lo podía ver de reojo mas la puerta no se abría es más, la puerta como
tal se tornaba lentamente en una enorme pared de carne cartilaginosa, no
quedaba remedio, tendría que afrontar el horror, volteo con valentía la cual se
esfumo al ver a la bestia frente a frente, era la viva encarnación del horror,
era una especie de mujer muy descompuesta físicamente, con el cabello largo y
rubio pero grasiento y rojizo a causa de la sangre a mas no poder, la criatura
iba arrastrándose porque tenia las piernas entablilladas y enterradas en una
enorme maceta llena de sangre, lodo y órganos varios en descomposición una de
sus manos largas y necrosadas estaba repleta de pequeños clavos con las
articulaciones de los dedos rotas, su otra mano igual putrefacta pero sin
rastro alguno de laceraciones y para finalizar aquella imagen salida del
mismísimo infierno su rostro era tan escabroso, tan enmudecedor que no existe
manera alguna de representarlo, a Astrid le pareció como la inmunda combinación
de una mujer con una morsa, también contaba con cinco pedazos de carne
alrededor de la cabeza como el remedo hostil y lúgubre de una flor del bosque,
era la cara del horror a solo unos pasos de ella. Se aproximaba lentamente y
con su mano sana trataba de alcanzarla, Astrid se quedó inmóvil, sus
articulaciones parecían auténticamente congeladas, por fin la flor de
ultratumba llego lo suficientemente cerca como para tocarla, la criatura se
inclino lentamente y en lugar de abofetearla, golpearla o devorarla acaricio su
mejilla con un dejo de ternura vomitiva y le dijo con una vos oscura, forzada y
extremadamente pausada:
-¡No…. se lo…. Per… mi… tas…!
-No…… de…..
je…. ssss… que…..
-Pa…. Se… de… nu…
evo…..
Astrid no pudo hacer nada, incluso se estaba comenzando a
desmayar por la aborrecible impresión cuando aquel ser se acercó aún más y la
beso violentamente, era un beso frió, podrido, insoportable, hediondo, Astrid
no tenía idea de lo que pasaba, todo comenzó a cambiar, las paredes comenzaron
a iluminarse, el monstruoso ser dejo de besarla y le dijo ahora con una voz de
mujer bastante mas tranquilizadora que su anterior intento de comunicación.
-Actúa naturalmente cuando estés ahí, todo déjamelo a mí,
si él se da cuenta de que sabes te matara sin pensarlo ya que esa es su
naturaleza.
Astrid se desmayo totalmente, la idea de toda esa
horripilante escena fue suficiente para ella; recupero la conciencia y estaba
de vuelta en el beso apasionado, así como si no hubiera pasado nada, aunque su
deseo más proclive en ese momento era el vómito incontrolable se controló y
siguió la corriente mientras en su mente recordaba lo ocurrido en aquel lugar
tan deprimente, estaba a punto de entrar en pánico pero algo dentro de ella no
se lo permitió, guardo la calma y aparto a Víctor suavemente, aunque no sabía
que decir articulo unas palabras sin pensar.
-Ya que ahora
somos novios, ¿Qué te parece si damos el siguiente paso?
Extrañado por aquella proposición respondió risueño pero
con una oscuridad cansina en los ojos.
-Está bien, me parece perfecto, pero ¿Qué te parece si
comemos primero?, muero de hambre y tenemos todo el día para estar juntos,
afortunadamente vives muy cerca de mí.
-Yo también muero de hambre, vamos mi amor.
Astrid se sentó en la mesa mientras Víctor se adentró en
la cocina.
Mientras Astrid pensaba ¿Cómo escapare de este loco?, o
tal vez yo este loca de remate, su cabeza estaba muy confundida, tenía ganas de
llorar, de correr hacia su casa o a cualquier otro lado, pero si todo había
sido real Víctor la acecharía hasta matarla o por lo menos eso le había dicho
aquella mujer en el otro mundo, mientras pensaba en lo que iba a hacer
escuchaba a Víctor canturrear una canción en la cocina, de pronto en su cabeza
resonó fuerte y clara la nostálgica voz de la mujer putrefacta que le decía con
firmeza:
-Busca entre los cuarto antes de que vuelva o te matara.
Hizo caso a la voz aun pensando que se estaba volviendo
loca, camino con cautela y sin hacer ruido hacia el cuarto de Víctor, abrió la
puerta pero no había nada extraño, solo un fuerte olor a sangre, trato de
encontrar el lugar de donde provenía el olor pero fue infructuoso, al menos ya
sabía que no estaba loca, algo extraño había ocurrido en ese lugar, fue al
estudio de Víctor pero estaba cerrado y ahí también se percibía un extraño
hedor, trato de echar un vistazo a Víctor pero ya no estaba en la cocina, entro
en pánico Víctor ya se había dado cuenta y seguramente la iba a matar por la
espalda se echó a correr hacia la puerta en vista de su fracaso, tal vez
quedaba alguna esperanza de huir corriendo hasta el fin del mundo, pero Víctor
se adelantó a la puerta con vehemencia, cerró la puerta con un golpe seco, saco
un cuchillo de sacrificio enorme, se quedó un momento mirándola y le dijo.
-Antes de matarte quiero que sepas por qué hago todo
esto, yo nací así, desde muy pequeño era incapaz de controlar mi deseo de ver
la sangre correr, cuando tenía apenas diez años destripe a mi mascota e hice un
baño de sangre en la sala de mi madre, en ese momento debí de ser recluido para
siempre en un manicomio o en una cárcel, en un lugar donde me pudriera junto
con mi mente enfermiza, pero obviamente no fue así, mis padres me solaparon ese
día, hicieron como que no había pasado nada y trataron de curarme con amor, me
amaron más que a nada en el mundo, pero eso no funciono, a los quince años mate
a un pobre vagabundo por mera experimentación, quería saber lo que era matar a
un ser humano, lo destruí totalmente, de él solo quedaron algunos cuajos de
carne que después repartí a los perros de un basurero cercano, a los diecisiete
años yo ya era un demente muy peligroso, había matado a casi veinte personas
entre ellos a dos niños pequeños y a una mujer muy anciana, nunca nadie
sospecho de mí ya que soy muy carismático y extremadamente escurridizo, además
era un muy buen estudiante y un hijo responsable e inteligente, solo mis padres
conocían mi verdadera naturaleza asesina, cuando cumplí veinte años ya era todo
un profesional y mis padres alertados ya por mi infamia y la culpa de ser
cómplices por lo menos de conocimiento de ya casi 200 muertos, quisieron
enmendar su error pero ya era demasiado tarde, antes de que pudieran delatarme
con cualquier persona los mate a ambos, fue una decisión difícil incluso para
mí, pero no había remedio, fue cuando me quede solo y probé la densidad de la
obscuridad en su máxima expresión, de todas las decisiones que había tomado en
esa me había equivocado, los extrañe mucho y llore por su infortunio, aunque
ellos tuvieron la culpa de lo que les paso jamás me pude perdonar por haberlos
matado, ellos fueron los únicos capaces de ver algo bueno en mí –se río
enloquecido- ¡una y otra vez los acuchille! ¡Una y otra una y otra una y otra
una y otra!, hasta que quedaron irreconocibles.
Movía frenéticamente su cuchillo como si en verdad
estuviera recreando la escena.
-Estuve a punto de matarme, ya lo había decidido, pero
mientras deambulaba por la calle vi a alguien muy parecida a ti, se llamaba
Celeste, ella iba conmigo a la escuela pero hasta ese momento pude apreciar su
belleza, su largo cabello rubio, su sonrisa encantadora, esas manos pequeñas y
hermosas, ese día no me atreví a hablarle, fue hasta después cuando me encontraba
en el clímax de mi miseria llorando bajo la lluvia helada cuando se me acerco y
me tendió la mano, ojala nunca lo hubiera hecho, pero en mi desesperación le
grite.
¡SÁLVAME CELESTE!
-Sin decirme nada me abrazo y me beso, desde ese momento
prometí no volver a lastimar a nadie y así lo cumplí, los tres años que viví
con ella todo fue hermoso, nunca me había sentido tan bien antes y todo hubiera
seguido así hasta que apareció otro hombre en su vida, habían sido amigos desde
la infancia pero el maldito la pretendía, la buscaba a escondidas y le regalaba
cosas, naturalmente yo lo odiaba y lo trataba con desprecio pero ella siempre
lo defendía argumentando que solo era su amigo, que para ella era como su
hermano menor, en ese momento era inofensivo pero el maldito era muy
persistente y cada vez se le insinuaba más y más, hasta que en una ocasión pase
por ella a su trabajo sin avisarle, la iba a invitar a comer por nuestro
aniversario pero me en su lugar me encontré con una aborrecible imagen, era mi
novia en brazos de ese bastardo, o por lo menos así me pareció, no pude más, mi
mente exploto en rabia y odio acumulados, en ese instante olvide mi promesa y
en cuanto se separaron seguí al maldito infeliz y lo mate, lo mate como a
ninguno otro, sin piedad, lo golpee hasta que me dolieron los brazos, le marque
la oración “Soy un maldito con suerte” en el pecho con un fierro en llamas, le
rompí todos los dedos y las dos piernas, pero lo mantuve vivo para así
prolongar su sufrimiento hasta el infinito, le desfigure la cara, le arranque
la nariz y un ojo con mis propias manos, como en su agonía me exigió agua y
comida le corte un brazo y cocine su carne para que se alimentara sanamente,
reconozco que era un tipo persistente y aferrado a la vida, me duro vivo una
semana y después lo abandone a su suerte encadenado de cabeza a un tuvo
suplicándome como nunca me habían suplicado que lo matara, hice todo esto
mientras fingía normalidad con Celeste, y trate mucho pero ya no era lo mismo
cuando la acariciaba o cuando la besaba, solo sentía una amargura insoportable
y podía sentir como se burlaba de mí y de mi ignorancia ante su engaño, toda su
inocencia desapareció y supe que si lo había hecho una vez lo haría de nuevo en
múltiples ocasiones, no podía permitir que nadie más la poseyera o la tocara
¡Que si quiera le dirigieran la palabra!, Entonces comencé a matar a todo el
que estuviera a su alrededor, a sus amigos, a sus compañeros de trabajo, a sus
amigas de la escuela, ¡a todos! ¡no deje a nadie vivo!; llegue a tanto descaro
que se dio cuenta de que había sido yo el culpable de la desaparición de todos
los seres que alguna vez amo, lo noto en mi comportamiento errante y abstracto,
ya casi no hablaba con ella y no tomaba importancia cuando me hablaba de lo que
ocurría a su alrededor, hasta que una noche me siguió, mi frenesí era ya tan
poderos que no me preocupe por esconder los cadáveres, tampoco me preocupe por
crear una coartada razonable y tampoco me preocupe por el profundo amor que
sentía por ella que a esas alturas ya se había transvasado en una mórbida
obsesión que me impidió actuar de manera más racional; esa noche estaba
tranquilamente mutilando a una joven regordeta cuando por una suerte de sexto
sentido la sentí acercarse a mi espalda, al voltear con su rostro ensimismado y
lleno de lágrimas me dijo.
-Ya lo sabía Víctor, tan solo no quería creerlo, si no lo
haces ahora te odiare por siempre y me odiare más a mí porque te falle, no te
pude salvar.
-Por más que intente pensar claramente no pude y en ese
momento el gran demente que llevo dentro se apropió de mi cuerpo, en el fondo
deseaba matarla por haberme traicionado, realmente solo estaba buscando una
excusa para dejar salir al asesino que llevo dentro, esa noche ese ser se dejó
llevar, cuando desperté todo estaba limpio, no había rastro de ningún cadáver o
algo por el estilo, solo estaba yo sumido en las tinieblas, y a la luz del sol
relucía un regalo de él asesino para mí, la monstruosa imagen de Celeste
golpeada y deformada me hizo vomitar, estaba metida en una maceta con lo que
posiblemente era órganos de mis victimas anteriores, el cabrón la había puesto
como una maldito árbol de navidad con hojas y pétalos compuestos por órganos y
partes diversas de los cuerpos de sus seres amados, salí corriendo y por
segunda ocasión quise matarme para terminar con mi sufrimiento pero cada que lo
intentaba “el asesino” frustraba mis intentos de ultimar mi vida, me dedique a
vagar por las calles hasta que en mi peregrinaje encontré a un hombre, era una
especie de salvador, me transporto a otra dimensión y ahí me ofreció dos
opciones ser su sicario personal encargado de aniquilar a la escoria de la
sociedad o me ofreció normalidad, me ofreció apagar ese lado oscuro en mí
interior, me ofreció paz, al principio no le creí e intente matarlo pero no lo
logre y me sometió, su aspecto se hizo el de un monstruo horripilante y me
torturo un buen rato hasta que decidí aceptar su trato, más por miedo que por
convicción ya que al asesino no le parecía en lo absoluto alentador que lo
desechara, le grite con todas mis fuerzas ¡Deseo la Paz¡, entonces la criatura
introdujo su brazo por mi boca contra todo el peso de la lógica lo mantuvo ahí un
buen rato y después extrajo algo fangoso y negruzco de mi interior lo apretó con
fuerza y aquella criatura con todo lo que estaba a mi alrededor desapareció, de
nuevo me encontré solo bajo la lluvia, pero me sentí aliviado, todo había cambiado
para mí, me apasione por música y por la vida una vez más, paso un tiempo y
vine a vivir aquí en un intento de total redención, todo iba muy bien hasta que
esa mañana te conocí a ti, me recordaste tanto a Celeste que casi creí que eras
ella, definitivamente me esforzaría y formaría una vida nueva contigo a mi
lado, ese era mi destino, pero la misma noche que te conocí vino a mi puerta un
hombre terrible y me recordó mi pasado que ya casi había olvidado por completo,
me dijo esto, “¡alguien como tú
nunca se recuperara! Al menos no del
todo, siempre queda una pisca demencial en tu corazón que es suficiente para
doblarte los sentidos y los objetivos, solo una pisca falta para que la mates,
solo una pisca falta para que recuerdes y seas lo que fuiste, para que seas lo
que eres y para que seas lo que siempre serás¡, inmediatamente después de eso
me golpeo y me introdujo en la boca a un ser que yo conocía muy bien, no tardo
ni un segundo cuando el cabrón ya había elegido victima nueva e incluso un
elaborado plan para matarla, esa misma noche rapte y mate brutalmente a esa
pequeña niña, la viole la mutile y a empale en el estudio, la deje ahí como un
trofeo al regreso del asesino y ahora el asesino y yo somos uno mismo más que nunca,
a pesar de que lo odio con todo lo bueno que tengo dentro, su voluntad es más
fuerte que yo, ya ahora me odia también a mí por haberlo abandonado en aquella
ocasión ¡Te matara y no podré hacer nada!, por lo menos quiero que sepas que de
no haber regresado hubiera querido tener una vida contigo.
Chillo y se retorció como gusano durante varios minutos y
finalmente la ataco sin más, la apuñalo con fuerza una, dos, seis, ocho,
quince, treinta veces, lo hizo por todos lados, la desplomo ya casi sin vida y
se disponía a violarla de la peor manera, primero aún viva así como estaba
hasta que muriera, después ya siendo un cadáver cortaría sus pechos los comería
y la volvería a violar por todos lados y una tercera ocasión ya cuando
estuviera medio agusanada solo para sentir el contacto sexual con la muerte, ya
sentía la excitación en la entrepierna pero toda su emoción esquizoide colapso
al ver que aquella mujer se levantaba como si nada con una expresión ausente en
el rostro, con todo su cuerpo ensangrentado, Víctor no podía creerlo que
tenacidad la suya, así tal vez soportaría más vejaciones, de pronto Astrid alzo
los brazos y el lugar comenzó a trastornarse de manera horrible, salían raíces carnosas
de las paredes y el suelo sangraba y salían manos huesudas del líquido, el
techo se hundió sobre sí mismo y fue sustituido por una enorme loza de carne apestosa,
absorto en los detalles del cambio de escenario no se percató en el cambio que
se había suscitado en Astrid, había desaparecido sin dejar rastro, Víctor al
verse sumamente frustrado intentaba desesperadamente
escapar de su prisión de carne pero por más que cortaba con su cuchillo no
lograba penetrar mucho y con cada corte se dejaban venir chorros de caliente
pus, en la pared de en medio había un enorme y profundo agujero el cual era su única
escapatoria, atravesó el cuarto a zancadas para intentar pasar por el agujero revelador,
al llegar a la entrada y ya dispuesto a dar el primer paso, fue brutalmente
empujado varios metros hacia atrás por una enorme criatura que lentamente salía
por el agujero, Víctor callo en seco y de cara contra un charco de sangre verdosa
a medio secar, se levantó asqueado para ver aquello que provenía de las
tinieblas, la reconoció de inmediato ya que había sido su obra más compleja,
era la mujer con la que había vivido tres años de su vida enamorado y curado al
fin justo para después matarla por una supuesta traición que ahora le parecía
muy difusa y casi inexistente… era Celeste y lo había encontrado después de la
muerte y cobraría venganza por ella y claramente también por los otros, la había
matado de una manera horrible, tanto que el recuerdo nunca lo tuvo hasta ese
día, le había clavado varios clavo en sus brazos y piernas, le había modificado
las piernas y las manos para que parecieran más largas, la había eviscerado
viva y había comido su interior, por ultimo le extirpo el rostro y en su lugar
le puso un rostro reconstruido por varias de las víctimas y en su mayoría el
rostro de un perro putrefacto que había matado y para cerrar con broche de oro
la había enterrado en una maceta llena de tierra, sangre y vísceras varias.
Ahora estaba frente a su creación la abominable “Celeste de los pétalos de
carne” se encontraba furiosa y sedienta de venganza, de pronto a su mente llego
un flashback del momento de la traición, era la versión real y al acercar la
vista pudo divisar que el hombre que abrazaba celeste y con el que se besaba
era el mismo, de tal modo que Víctor se veía a si mismo con Celeste, todo había
sido una trampa de su mente enfermiza y celosa, había cometido una masacre
horrible en vano, le habían tendido una trampa sus deseos de matar…
Ensimismado por sus reflexiones no se había percatado de
que tenía a Celeste a unos cuantos pasos, cuando se percató de ello fue
demasiado tarde Celeste ya lo tenía prensado del cuello, lo alzo hasta acercarlo
a su deforme rostro y le dijo.
-Tu nunca podrás ser salvado por nadie, naciste maldito y
así te vas a quedar para siempre aquí estaremos juntos para siempre como habíamos
acordado en vida, solo que aquí serás peor que un despojo, serás un lastre incluso
para las criaturas de este lugar y tu tormento aquí será infinito.
Celeste engullo a Víctor de la forma más grotesca posible
y de inmediato lo escupió convertido en una bestia deforme, era un gigante de
carne amarilla con un solo brazo largo y deforme, sus ojos sin parpados para
siempre ver y la boca cosida para siempre callar, Víctor gimió como un intento
de escapar de su destino, pero todo fue en vano, su vida humana había terminado.
Astrid despertó sobresaltada en el sillón de la casa de
Víctor, que sueño tan aborrecible había tenido o ¿Acaso había sido real?, de
ninguna manera, últimamente estaba muy imaginativa, quiso ir al baño mientras
esperaba a Víctor, de camino al baño vio el estudio de Víctor donde
supuestamente se encontraba la niña extraviada, tuvo el impulso de acercarse y
abrir, dudo de su cordura pero la curiosidad era irresistible se vio obligada a
revisar el cuarto, abrió la puerta y ahí vio el mórbido trofeo, era la niña, la
hija de su vecina desnuda, sin brazos, y empalada justo como Víctor lo había dicho,
salió corriendo estrepitosamente pero en la puerta de salida estaba aquel
hombre que el día anterior le había hablado en la calle, la miraba incrédulo y
satisfecho, le dijo.
-Que frágil parece la mente humana, le implantas algunos
recuerdos y todo se sale de control- rio enloquecido- ese hombre siempre se compadecía
de sí mismo y se hacia la victima el mismo era el verdugo, invento esa doble
personalidad para exonerarse de toda culpa pero era el mismo, siempre el mismo,
por más que quieras cambiar las cosas siempre regresaras a lo que ya conoces o
la que más te gusta, aunque no quieras estas condenado a repetirlo. Hasta que
un ser hermano mío le ofreció salvación, le extrajo toda la maldad que
albergaba desde niño y mi hermano se dio cuenta de que yo fui el que se la
implanto y que yo había interferido durante toda su vida para que se encargara
de matar a sus semejantes, fue hermoso cuando mato a aquella mujer y a todos
sus conocidos por una generación que yo mismo genere. Después no fue nada difícil
encontrarlo aquí donde según él cambiaría toda su vida, inmediatamente le
regrese toda esa maldad y un extra, el resultado fue grandioso ni siquiera tuve
que decirle que hacer, el solo fue a robarse a esa chiquilla y aquí mismo la
destruyo poco a poco como en los viejos tiempos, ahora imaginaras mi fascinación
al regresar y verte viva y a él convertido en una mierda inútil por demonios de
su propia creación.
Astrid no lo podía creer, se había librado de uno y ya tenía
a otro demente en frente de ella, se tiró a llorar sin decir nada, no había nada que
pudiera decir que la salvara de su oscuro destino.
-Pero ¿Por qué lloras?, no ves que no te haré nada, si lo
hubiera querido ya estarías muerta, pero me intrigas, tienes un elevado
potencial, te llevare conmigo y serás mi aprendiz, te convertiré en lo que
ahora soy yo, juntos esparciremos el silencio por esta tierra llena de humanos ¡Hasta
que no quede ni uno vivo!, ahora serás Astrid, la Reina del Silencio.